Es ahora. Es inevitable. Y no es diferente a lo que ha ocurrido en tantos otros sectores de actividad: la tecnología transforma las sociedades, las personas, lo transforma todo. También al inmobiliario. Se llama Proptech, o lo que es lo mismo, el uso de las tecnologías para resolver las necesidades que afectan a la vivienda y para mejorar los servicios inmobiliarios poniendo a los clientes en el centro de los procesos naturales inmobiliarios.
La aplicación de nuevas tecnologías en el sector inmobiliario resuena desde hace ya algunos años y, aunque inicialmente estas se concretaban en un hormigueo de startups, el volumen actual de empresas dedicadas al Proptech, más de 400 solo en España, nos da idea de la dimensión del negocio en la actualidad. Tan solo un par de apuntes: en los últimos 5 años se han creado más de 350 empresas de tecnología inmobiliaria y esta nueva industria en el 2019 ya generaba más de 5.500 puestos de trabajo en España.
A estas alturas, nadie pone en duda que ya estamos, efectivamente, ante una joya económica: el 63% de los inversores en el sector inmobiliario priorizan las empresas dedicadas al Proptech.
El Proptech es un síntoma inequívoco de la transformación digital del sector. Y es que a pesar de tratarse el inmobiliario, de un sector poco permeable y más bien reticente a los cambios, no puede detener el paso del tiempo. Por ello, cada vez más los profesionales del sector utilizan servicios tecnológicos, este uso ha aumentado de forma exponencial en los últimos años. Portales, crm, redes sociales, softwares de valoración, firmas digitales, tours virtuales, renders…
Ni los hogares ni la forma en la que la sociedad interactúa con ellos se asemejan a los de hace 30 años… A día de hoy, los usuarios y consumidores son digitales, de una manera natural utilizan apps para encontrar un nuevo hogar, plataformas de economía compartida como Airbnb, gestionan sus necesidades básicas y de ocio en el hogar a través de dispositivos como Google home o Alexa (¡el famoso Internet of Things!), anhelan nuevos hogares domotizados, realizan pagos y contratos online (lo que llamamos blockchain) y exploran fórmulas de vivienda alternativas, como el coliving.
Estos nuevos consumidores hiperconectados valoran por encima de todo la inmediatez, la rapidez y la eficiencia, y habitan edificios inteligentes… esos en los que se usan sensores para identificar los movimientos de las personas y sus necesidades dentro de ellos, como por ejemplo el ajuste automático y autónomo de la climatización, que permite que no solo los edificios sean más eficientes, más ecológicos y ahorren costes, sino que también lo sean las ciudades.
Unas ciudades (smart cities) que ya están reinventando su manera de construir y organizarse territorialmente, a través del mapeo realizado por robots, drones y sensores de movimiento de tráfico, haciéndolas avanzar hacia un modelo más inclusivo y sostenible, y mejorando la movilidad de sus habitantes.
Y aunque sobre el papel parezca que existe un abismo entre lo de antes y lo de ahora, no es tal. Los profesionales no deben sentirse empequeñecidos por la tecnología; simplemente, deben ser capaces de abrazarla para transformar de nuevo sus negocios, como siempre han hecho.
Bienvenido al futuro, profesional inmobiliario, porque el futuro ya esta aquí. El futuro eres tú. Ahora.
Sheila Gracia
Directora de Servicios en API