Nuestra sensibilidad en torno a temas sociales, medioambientales, y a la seria amenaza del cambio climático, ha aumentado de forma imparable en los últimos 10 años. Y no es para menos, cada día vemos noticias sobre el cambio climático, la deforestación, el uso del plástico y sus residuos (que inundan tierra y mar) y la perdida de biodiversidad.
Si prestamos atención al sector inmobiliario en concreto, los datos de energía global son cuanto menos dramáticos, ya que, según un estudio llevado a cabo por Naciones Unidas en 2019, el real estate consume un 40% de la energía global y emite más del 20% de las emisiones internacionales de carbono. Lo que sin duda revela que el parque global inmobiliario es un gran contribuyente al calentamiento global.
Pero ¡wait! ¿Hay algo que pueda hacer el proptech al respecto?
Inversores como el CEO de Blackrock, Larry Fink, apoyan desde hace tiempo a empresas que sean cada vez más responsables, afirmando que si el riesgo climático es un riesgo de inversión, por lo tanto, es mejor invertir en empresas social y medioambientalmente responsables.
Además sabemos que las empresas con objetivos sostenibles tienden a tener mayor rentabilidad, a estar mejor consideradas en la sociedad, a tener mejor acceso a la financiación, a tener mejor acceso también a las actuales ayudas públicas y a tener menos riesgos por cambios en el mercado ya que sus consumidores tienden a ser más fieles.
Y entonces, ¿Qué puede hacer una proptech?
Como poco, ser neutrales y acercarnos lo máximo posible a la emisión 0. Cada día aparecen más proptechs que anuncian sus emisiones 0, como Tiko o Brickbro, quienes reducen su propia huella de carbono a través de acciones concretas tanto en las emisiones propias como en la concienciación de partners y clientes.
Los edificios son altamente responsables de buena parte de las emisiones y hasta ahora el proptech ha estado muy centrado, solo hace falta ver el mapaproptech.com, en la comercialización de los activos, sin embargo, la pandemia actuó como un acelerador del cambio de mentalidad hacia la mayor consciencia del cuidado del lugar donde vivimos y ahora vemos una nueva y clara tendencia hacia iniciativas sostenibles.
Podríamos pensar que el contech es más directamente responsable que el proptech, y es que el uso de materiales de menor impacto, la mejora de cerramientos, la implementación de energías blancas, etc… contribuirá a la mejora de las emisiones del parque de viviendas. Sin duda, uno de los mayores objetivos tanto de la administración pública en las próximas ayudas europeas y de muchas empresas y organizaciones.
A través del proptech podemos conocer con métricas si un espacio es sostenible. El IoT con sus sensores puede medir impactos, así como analizar movimientos y usos, tanto en hogares, como en edificios, y en ciudades. De todos estos movimientos se extrae el data, que procesado junto con machine learning, obtiene resultados ayudando en el proceso de toma de decisiones para mejorar los resultados en emisiones.
El BIM junto con proyectos de digital twins y blockchain dan nuevas ideas para mejorar la eficiencia energética de los edificios, conociendo mejor la construcción de los edificios, los cambios y mejoras que sufren y ofreciendo en definitiva información más transparente a los usuarios.
Las Smart-homes pueden informar a los usuarios sobre consumos y emisiones, de este modo los habitantes podrán tomar mejores decisiones sobre la temperatura en sus hogares, el uso de la energía o el gasto que realizan al consumirla.
Las smartcities cada vez tendrán más información de sus sensores, lo que permitirá que los diferentes gobiernos puedan tomar mejores decisiones en cuanto a emisiones.
De todos los beneficios que puede aportar el proptech al medioambiente, si os fijáis, hay un denominador común: la transparencia. Lo apliquemos de un modo u otro, vemos información para actuar de manera responsable.
Y es que, el proptech, como todos los sectores, no solo debe generar ingresos económicos, también debe generar un impacto positivo sobre el planeta y las personas. El último impulso vendrá dado por las ayudas europeas.
Veremos si con las iniciativas individuales, de los gobiernos y de las empresas (proptech incluido) conseguimos ser la palanca para impulsar el cambio y conseguir que el lugar donde vivimos sea cada día un poquito más saludable.
Sheila Gracia
Directora de Servicios en el colectivo API