Después de estos meses de pandemia que por desgracia aún no han terminado, ha quedado patente que el Proptech es más necesario que nunca, que ha dejado de ser un “futuro cercano” para ser más que una realidad, que no es una moda, que los particulares y profesionales ya exigen la digitalización del sector, de todos sus actores y de todos los procesos en los que se ven todos los protagonistas inmersos. La obligada digitalización de todas las empresas, de todos los sectores, debido a la reducción de la movilidad de todas las personas, por culpa del Covid-19, nos ha obligado a correr, para que la tecnología nos ayude a dar mejor y más servicio a nuestros clientes, estando más lejos de él que nunca.

El Proptech ha pasado a ser un movimiento social, los usuarios de todos los ámbitos ya no entienden el sector sin que la tecnología, a través de las transformaciones digitales que se han vivido, les ofrezcan productos y servicios que les faciliten la vida en su “viaje inmobiliario”. Ese movimiento ha sumado a todos los actores de la intermediación, ayudando a la digitalización de todos los agentes inmobiliarios, en todas las facetas posibles, incluso en aquellas que sus clientes no ven. En España ya hay más de 350 empresas que están cambiando y transformando el sector, ya hay miles de trabajadores en esas empresas, ofreciendo lo mejor de ellos para los clientes, sean particulares o profesionales.

En cuanto a las áreas por desarrollar, aún queda que se apliquen más el concepto de “Deep Tech”, por ejemplo, empiezan a aparecer empresas para tokenizar inmuebles e incluso su deuda, pero todavía no se ha utilizado el blockchain para algo más (pero queda menos, aviso a navegantes). Por otro lado, se desarrollarán mucho más las aplicaciones que ayuden a los profesionales a tener mejor relación con los usuarios y aparecerán cosas muy interesantes como la realidad aumentada o la masiva implantación de la domótica o la IA en los hogares o en la atención al cliente, los boots cada vez son mejores y aprenden más y mejor.